miércoles, 19 de enero de 2011

Síndrome hormiga.


Hace tiempo me equivoqué, caí, levanté mi cuerpo y mi alma, y aprendí. Y me hice grande de pensamiento. Supe como analizar a las personas, con solo mediar unas palabras sabré si simpatizaré con el individuo, o si por el contrario su amistad no me aportará ningún valor positivo.

Equivocándome y aprendiendo, un grupo de gente se cruzó en mi camino. Hablar y criticar negativamente no se les daba nada mal. Veían y se reían de los fallos ajenos, se burlaban para de alguna forma engrandecerse y sentirse superiores; hasta que un día vieron su sombra.
Les pasó lo mismo que a la hormiga: vieron su sombra se dieron cuenta de lo pequeños que eran. De lo insignificantes que resultaban para la sociedad, y en un nulo intento de remediar su defecto, siguieron hablando y criticando.

Y
o crecí. Yo aprendí. Yo me hice grande.

Ama, ama y ensancha el alma. (Extremoduro)

2 opiniones:

Cynthia Rica dijo...

me encanta, no solo el tema, sino como lo expresaste, tienes mucha razón. Todos son unas hormigas.

Antía Cheshire. dijo...

Me encanta esta entrada, el diseño del blog y todo! te sigo desde ya :)
un besito hormiga :)

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