
Esto es como esa postal extraviada en la oficina de correos, nunca llega. Todos la esperan, esperan recibirla, verla; pero jamás llega a su destino.
Se queda por el camino.
Lo peor de todo es que nunca sabremos el mensaje de la postal; pero aún estamos a tiempo de redireccionarnos y no ser nosotros los que nos perdamos en el envío.
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