Tanta agonía, tanto meterse y vacilar al de al lado, tanto perder el tiempo en cosas insignificantes no les sirvió de nada.
He llegado un punto en el que lo que piensen los demás me da igual. Yo, seguiré siendo yo hasta el fin de mis días; mientras ustedes, sin personalidad perfilada, se dejarán llevar por pensamientos ajenos y no propios. Lo que el rebaño dicte, lo harán.
Haré lo que sea correcto basado en mis principios. Defenderé mis ideales. Creeré en mi aunque nadie lo haga. Y lo más importante: VIVIRÉ; palabra que solo cobra significado verdadero cuando no se tienen prejuicios, cuando tu modo de vida no daña a los demás y a ti te hace feliz.
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