A lo largo de nuestra vida, casi siempre, fijamos como objetivo alcanzar la felicidad. Surcamos mares, volamos cielos y corremos desiertos en su incasable búsqueda. Muchas veces destrozamos todos los escenarios por los que pasamos justificando nuestros actos con nuestra meta pero no nos damos cuenta de que esa felicidad puede esconderse tras el grito de una ola, en la sonrisa de la luna o en la aridez y rebeldía del desierto.
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